lunes, 21 de junio de 2010

Momentos

Fue un rápido resplandor azul captado por el rabillo de mi ojo derecho lo que me hizo girar instintivamente la cabeza hacia ti. Tu vestido aún flotaba contra el viento y luego suavemente, realizando una serie de suaves ondas, se amoldó de nuevo a tu figura.

Me pareció una eternidad el tiempo que me llevó elevar la mirada desde tus rodillas hasta tu rostro y, en mi irracional fantasía motivada por la inyección de adrenalina, el ruido a mi alrededor se detuvo como si perdiera la audición. Y sonreiste, sonreiste ante el comentario seguramente provocativo que aquel hombre te lanzó mientras te miraba con esos ojos lascivos.

Tengo que decirte que perdí el aliento y sentí a mi corazón detenerse ante el suave sonido de tu risa, quise tragar saliva pero encontré que mis labios estaban resecos y seguramente mi momentanea turbación fue evidente porque la persona con la que hablaba repitió mi nombre dos veces antes de que pudiese mirarle de nuevo.
Me miró con las cejas levantadas como esperando la respuesta a una pregunta que claramente me había perdido y no pude hacer más que sonrojarme y sonreir apenada mientras murmuraba un "disculpa".

Pero mi pobre disimulo no fue suficiente para disfrazar mi obvio interés en tus hermosos ojos castaños que una vez más me hicieron mirarte con una rápida mirada sobre el hombro. Y tu me atrapaste en el intento, sentí una punzada en la boca del estómago cuando tus ojos atraparon los mios que pretendían admirarte furtivamente y tardaste un momento, sólo un momento, antes de sonreirme con esa dulzura tuya que no he podido encontrar en alguien más.

Te sonreí como una tonta, sin control absoluto sobre mis reacciones, luchando contra la imperiosa necesidad de correr para tomarte entre mis brazos, senti la sangre correr hacia mis extremidades, mis músculos tensarse, mis mejillas arder en un sonrojo y el maravilloso sentimiento de paz invadirme de nueva cuenta mientras tu sonrisa se hacia más grande.

Mi interlocutor interrumpió su discurso y eso me hizo romper el hechizo para averiguar el motivo de su silencio, me miró con una mirada comprensiva y me puso una mano al hombro riendo mientras me decía "Te hemos perdido, no es asi?"

Solté un suspiro mientras sentía el cálido contacto de tus dedos encontrando los mios, la falda de tu vestido rozando mis desnudas rodillas, tu mano izquierda rodeando mi antebrazo y tu corazón latir sobre mi piel.

"Creo... que apenas recién me han encontrado" Dije serenamente mirandote a los ojos y luego te devolvi la sonrisa que se dibujó en tus labios al sonido de mi voz.



-Juri-

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