lunes, 21 de junio de 2010

La vida tiene sabor a chocolate negro

La vida tiene sabor a chocolate negro, un dulce amargor irresistible, seductor, adictivo y a veces empalagoso, oscuro y misterioso. Es negra como el chocolate, oscura, pero es esa clase de oscuridad disfrutable, así como se disfruta de la oscuridad cuando se está con la persona amada.

La vida es como un chocolate negro, irresistible, suave y deliciosa, o dura y exasperante. Es moldeable y adaptable, la vida se ensuaviza con un poco de calor humano y se endurece ante la fría adversidad.
La vida te invita a probarla, a sentirla, a saborearla y, al igual que un buen chocolate, se come despacio, lentamente, hay que disfrutarla a cada segundo, sentir su textura y disfrutar su sabor, distinguir su olor e incluso devorar su apariencia.

La vida es como un chocolate negro, que si no lo cuidas se llena de insectos dispuestos a devorarlo; la vida es así de frágil como el chocolate, es fácilmente intoxicable y corrompible y, cuando sucede, no hay marcha atrás, al igual que el chocolate la vida no sirve si está cubierta de moscas.
Y así como te sientes cuando descubres aquel chocolate que habías dejado olvidado en el refrigerador, así también de gratificante es recordar que estás vivo, que hoy sigues aquí y que tienes tiempo de disfrutarlo.

Así como el chocolate es el regalo perfecto, así también lo es la vida, es el regalo más hermoso y puro que hemos recibido, nuestro primer regalo, nuestro primer tesoro. La vida te emociona, te ilusiona, te lleva a lugares insospechados, te hace vivir momentos improvisados, emociones grandes y pequeñas pero únicas, tan únicas como un chocolate.

Y así como esos chocolates caros, así de cara es la vida también, y así de difícil como es compartir un chocolate así de difícil es compartir la vida con alguien.

Pero no te confundas, ¿alguna vez has comido chocolate de los labios de la persona que amas? Así de increíble es vivir la vida compartiéndola con alguien, así de gratificante como es regalarle la mitad de tu chocolate a tu madre o tu hermanito, así de bueno es compartir tu tiempo con alguien, por que la vida se disfruta de muchas maneras.

A veces cuando estamos tristes comer un buen chocolate a solas, en nuestra cama, te levanta el ánimo, así también la vida se disfruta a solas por momentos, esos momentos en los que tu soledad te hace reflexionar y descubrir las respuestas que anhelabas.

La vida viene en diferentes formas y tamaños, pero así como el chocolate a pesar de su forma o tamaño sigue siendo chocolate, así también la vida sigue siendo vida.

La vida es mágica, igual que un chocolate, te hechiza y te cautiva, te hace querer más de ella y a veces es muy difícil saciarte, pero al igual que el chocolate caer en excesos hace daño y mucho.

También hay personas a las que no les agrada la vida ni el chocolate, es una lástima, son las dos cosas que debemos de disfrutar mientras estamos aquí, pero la vida es increíblemente deliciosa, capaz de convencer hasta al más escéptico.

La vida, es efímera, como el chocolate, tiene inicio pero también tiene final, y por mucho que anhelemos que este jamás llegue, es inevitable que suceda, por eso hay que disfrutarla despacio, hay que admirar todas las bellas cosas que nos da la vida, todos los bellos momentos y las emociones, las personas, las experiencias, colores, sabores, olores y matices que nos da, aún cuando en el momento no nos resulten bellos.

La vida es como un chocolate negro, que tanto te da sin pedir nada a cambio, que está ahí para ti cuando quieras, que a veces viene con sorpresa incluida, que a veces endulza y otras amarga, que a veces trae alegría y otras esperanza, a veces incluso trae melancolía, es suave, es dura, en todas formas y tamaños, te cautiva, hechiza, y también te encanta.

La vida es un chocolate negro, que para comerse bien es todo un arte, si comes mucho te empalagas y si comes poco ni caso tiene. La vida, mi amigo, es un chocolate negro, esperando por ti para probarla, que te invita y te llama, atrévete a descubrirla y a disfrutarla que, después de todo, la vida es tan sólo un chocolate negro.


-Juri-


*Original escrito como ensayo final para mi primera clase de Vicente, de la Universidad Anáhuac - Mayab, en 2004*

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