sábado, 30 de enero de 2010

Día 30: Para Itzé

Porque es mi blog... y porque hace mucho que no escribo algo interesante aquí, déjame contarte unos cuantos secretos, claro, con la condición de que esto quede entre tu y yo... ya sabes, para evitar herir 'suceptibilidades' y crear malos entendidos.

Pero aquí en el ánimo de la absoluta franqueza y confianza voy a hablarte sobre ella: Itzé.

Como no la conoces te la describiré asi: Tiene una considerable estatura que siempre le permite ver por encima del nivel promedio de la gente común, su ondulado cabello castaño cae normalmente de forma rebelde sobre unos hombros bien definidos y revolotea víctima de la brisa si está fumándose un cigarrillo fuera de un edificio de 'no fumar'; sus ojos son amables y cálidos como si pudiese ver bondad en cada persona que pasa frente a ella y su sonrisa puede pasar de dulce y tierna a coqueta y atrevida, dependiendo del pensamiento que ocupa su mente.

¡Ah! Por si no te queda claro aún: Es bonita. Sexy. Ya sabes, hay mujeres benditas por desconocidas deidades que nacen hermosas y se saben asi. Y ella lo sabe.

Aunque a mi eso realmente no me importa, tanto, porque últimamente he preferido cerrar los ojos y concentrarme en su voz. Poniéndolo en perspectiva, ella es locutora como yo... tiene la voz. Y tiene el discurso, el chiste, la broma y la ocurrencia del día. Y ríe, ella siempre ríe... y yo, rio con ella.

Aunque en algunas cosas ella también es contradicción, algunas veces tan segura de si misma, tan cómoda, tan imaginativa, carismática y relajada... y en otros momentos la sombra del miedo y la incertidumbre le opaca el rostro, le endurece el gesto, le entristece la mirada y la sume en un profundo silencio mientras se pierde en sus pensamientos secretos. Como todos, dirás, pero ella no es como todos.

40 participantes en esta última edición y ella fue de las únicas 3 personas que atraparon mi atención. Al día de hoy sigo sin descifrar por qué, también te confieso que alguna vez le declaré que era de las pocas chicas en esta ciudad que despertaban mi interés y con el paso de los días simplemente logra que vaya en aumento.

Debe ser que, en el fondo, ella es todo lo que yo no suelo ser, sociable, graciosa y amable... aunque al mismo tiempo es muchas cosas que me gustan en una mujer: inteligente, culta, visionaria y exigente. Quizá por eso es que nos llevamos tan bien. Su visión del mundo y de la vida, aunque no siempre acordes a las mias, me han abierto los ojos a panoramas no considerados... y mientras me permite conocerla un poco más cada día el concepto que tengo sobre ella y la estima que siento sube como la espuma de cerveza.

¿Hacia donde va mi historia con ella? No lo sé, pero si se que hacía mucho tiempo que no conocía a alguien con quien no me importase el pensar en el mañana. Lo increible de nuestra relación es la pureza del no esperar absolutamente nada de ella, el apreciar cada cosa por lo que es sin supuestos ni expectativas de por medio, el reirme genuinamente de nuestras bromas sin detenerme a interpretarlas o buscar dobles sentidos, sin que me preocupe el sendero que caminemos porque se que cual sea, mientras sea con ella, sólo augura aventuras y diversión.

Finálmente... te confieso que esa chica me gusta porque cada vez que estoy con ella aprendo algo nuevo, porque es la única chica en estos momentos capaz de corregir mis falsos argumentos con seguridad, porque me motiva a seguir adelante, porque me hace dudar de cosas que creia inmovibles y porque después de nuestros fugaces encuentros termino sintiendo que maduré.

Y son ya casi 3 años desde la última vez que me topé con alguien asi.

Ella es especial, muy especial. Sólo espero que lo sepa.


-Juri-

-Dedicado a Itzé, como lo prometí.-

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